Poco después que Arne Jacobsen ganara un premio en 1961 por su diseño del Banco Nacional de Dinamarca, fue contactado por el propietario de VOLA A/S Verner Overgaard, quien le propuso elaborar el diseño de un nuevo tipo de grifería a pared. Él había imaginado un diseño donde todas las partes mecánicas de la grifería estaban escondidas excepto los mandos y el caño. En aquel momento, se trataba de un concepto completamente nuevo pero Jacobsen estaba seguro que esa idea, combinada con su enfoque funcional del diseño, podría llevarse a cabo. Con ese básico principio como idea, el simple y conciso diseño de VOLA que conocemos hoy en día, fue concebido.
Debido a la muerte de Jacobsen en 1971, Teit Weylandt, uno de sus asistentes continuó los trabajos iniciados por su maestro con el director de VOLA Carsten Overgaard, lanzando nuevos modelos y diseños. Estos diseños siguieron la premisa establecida por Jacobsen; pureza de líneas y gran funcionalidad.